Lo admito, soy un coleccionista retro de videojuegos. No a gran escala, pues mi economía no me lo permite, pero sí a pequeño nivel o de perfil bajo. Lo suficiente, por suerte, para poder ir agenciándome de pequeñas joyas que voy encontrado por los rastrillos, tanto digitales como físicos. Es una pasión añadida a mi afición a los juegos de toda la vida, que requiere ciertas dosis de paciencia, algo de dinero (obviamente) y el contar con golpes de suerte que a veces suceden. Al hilo de un artículo que he leído por EOL sobre el coleccionismo, veo sorprendido ciertos comentarios atacando a algo tan bonito, a mi parecer, como es coleccionar juegos o consolas. Coleccionistas hay de todo tipo por el mundo. De cuadros, de libros, de sellos, de cromos, de cómics… Y que yo sepa no hay nada de malo en coleccionar objetos.
Posiblemente la corta edad de
algunos jugadores, con sus Steams y descargas digitales por doquier, no
comprendan los motivos por los que muchos nos dediquemos a buscar ese cartucho
de NES que nos hizo pasar tan buenos ratos en su día, o que flipemos cuando
veamos una edición de coleccionista increíblemente rebajada de precio gracias a
la ignorancia (bendita ignorancia) del vendedor al no saber tasar debidamente
el producto. Pero no voy a contraatacar a la comunidad de imberbes alegando su poca
experiencia al borde de un pad o un teclado+ratón. Veo normal que no comprendan
que la gente que ya sumamos de treinta y tantos para arriba nos perdamos en
bazares, tiendas de segunda mano y buceemos por la red buscando cartuchos en
sus cajas.
Ellos lo asimilarán cuando les
toque. El problema será si la vertiente a la que nos va a someter la industria
les permitirá hacer lo mismo. Es por eso que me siento tan afortunado de haber
vivido parte de los 80 y todo lo que vino después a la hora de disfrutar con
las consolas y juegos. Esa época no volverá, y menos teniendo en cuenta que
todo va enfocado a lo digital. En las consolas al menos lo físico se ha
mantenido para la actual generación, pero en el PC parece ser que quien no
tiene Steam es tonto de capirote (ya que estamos, también usaré expresiones
“retro”). Vaya por delante que Steam me parece maravilloso, pero desde el punto
de vista del coleccionismo a años vista, hará que se pierda esta especie de “magia”
nostálgica, si se me permite llamarlo así, que tanto nos apasiona a algunos. Me
refiero a todo el contenido en descarga digital en general, no a Steam
concretamente, aunque sea hoy por hoy la principal plataforma proveedora de
estos contenidos.
Pero voy a lo que iba. Como he
comentado antes, veo con cierta sorpresa el desprecio con el que algunos
dirigen sus miradas hacia el coleccionismo de videojuegos y consolas. Es
posible que sus ataques también vayan más enfocados a aquellos que sólo buscan
especular o a esos que se dejan una burrada de dinero en pos de realizar la
colección más completa posible. El caso es que no me encuentro ni en una
posición ni en otra. No me obsesiona tener todos los juegos de NES o Game Gear
a toda costa, ni pretendo pagar 500€ por un juego raro. Porque aunque sea algo
que me guste mucho, no me obsesiona. Voy buscando aquel juego que me hizo pasar
grandísimos ratos en mi infancia y adolescencia, a ser posible en el mejor
estado y a un precio razonable. Y si de paso me encuentro con alguna cosa
interesante, pues mejor. Mientras escribo estas líneas, tengo en mis manos un
juego que no es de mi agrado, pero está precintado por la propia Nintendo, y me
ha salido por 5€ en un rastro. Lo puedo vender perfectamente por 80€. Golpe de
suerte, de estos que pasan poco.
Seguramente realice la venta,
cuyos ingresos me servirán, precisamente, para llevarme un par de joyas que sí
me gusten. ¿Realmente estoy especulando con el mercado? En parte tengo que
admitir que sí lo hago, pero por otro lado no es un precio imposible dadas las
características del producto. Creo firmemente que esto es inevitable en este
tipo de mercados, aunque me oponga con total rotundidad a ciertos abusos. Sobre
todo con ediciones especiales o de coleccionistas. Lo que quiero decir es que,
en mi caso, si puedo encontrar financiación para costear este hobby,
obteniéndola del propio hobby, lo haré. Creo que hay una diferencia entre esto
y el que se quiere forrar a toda costa vendiéndote un Gears of War a 700 euros.
No intento justificar mi postura a toda costa. Si algo vale 700€ y alguien está
dispuesto a pagarlo, pues oye, cada uno con su dinero hace lo que quiere,
faltaría más. En mi opinión estos casos cruzan mi línea roja, tanto moral como
económica.
Sin defender dicha postura
también hay que reconocer que en muchas ocasiones hay hechos comprensibles. Y
esto no pasa sólo en un mercado de videojuegos retro. En cualquier otro ámbito
sucede exactamente lo mismo. Al igual que existen coches exclusivos, documentos
y libros históricos de valor incalculable, joyas, cuadros y demás, en el
coleccionismo de juegos también se da ese fenómeno de manera inevitable. La
exclusividad se paga, sea lo que sea. Ahí tenemos casos como los juegos de E.T.
desenterrados (ni se calcula todavía lo que pueden valer), el cartucho color
oro de NES “Nintendo World
Championship” (100.000 dólares pagaron por uno) e incluso ya saliéndonos
de lo más clásico, ediciones especiales precintadas de juegos como Killzone o
Halo que rondan los 400-600€. Y no me quiero imaginar lo que suceda cuando nos
dejen gente como Miyamoto. Sus obras, entre Marios, Zeldas y demás, se
revalorizarán hasta lo indecible. Podéis estar seguro de ello.
Puede que tras exponer todo esto
haya quien me tache de hipócrita, ya que yo mismo he puesto un ejemplo de
especulación propia. Intento demostrar que no todos los que amamos este
mundillo somos unos avariciosos, a pesar de parecer lo contrario. En el caso de
mi juego de unos 70 u 80€ potenciales, es un precio que he estimado viendo cómo se
mueven ahora mismo productos iguales o similares, tratando de ajustarlo lo
mejor posible. El mismo juego en las mismas condiciones lo he llegado a ver por
más de 100€ y se ha vendido. Y si veo que no es un precio atractivo, no me
quedará otra que ir rebajándolo. Lo que no voy a hacer es venderlo por 20€. Ni
tanto ni tan calvo. Creo que se puede encontrar un intermedio justo. Así se
quedan las dos cosas importantes tranquilas: mi conciencia y mi cartera.
Pero esto que escribo no sólo lo
hago por, digamos, defensa personal. También lo quiero hacer para otras
personas que me constan, tras tratar con ellas en este negocio de lo retro, que
actúan de manera igual a la mía. Que sí, que no van a desaprovechar la
oportunidad de sacar un pellizco de sus viejos juegos o consolas, pero que
también saben comprender que nos mueve algo más que la simple compra-venta y la
especulación. Porque nuestro objetivo no es hacernos ricos con los videojuegos
retro, sino disfrutar de ellos y hacer un comercio lo más razonable posible
para que todos podamos conseguir que nuestra pequeña colección nos quede lo
mejor posible. Si la gente al menos es capaz de comprender esto, como mínimo
será un paso más para entender nuestra pasión, y que no pagamos por comprar
plástico y cartón porque sí. Es algo más que, con el tiempo, ellos mismos
comprenderán.
Estupendo artículo.
ResponderEliminarResulta que echando un vistazo al link de EOL que has puesto, una de las primeras respuestas era de alguien diciendo que a el le satisface mas jugar a un juego que ver una caja en la estantería… ahí he dejado de leer. Vaya bobada. Según esa lógica de quedarse con la experiencia mas que con el continente, ni te compres pelis, ni te compres cd’s de música, ni libros, y ya puestos no te saques ni fotos, ya que el recuerdo siempre va a ser superior a un papel impreso o unos pixeles que forman una imagen. En definitiva, no TENGAS NADA.
El coleccionismo no es mas que un hobbie, respetable como todos, y como hobbie de esas características lo normal es darle movimiento al mercado e intercambiar… como quien colecciona coches, o cromos de panini…. A mi me parece una buena manera de conservar cosas que de otro modo acabarían en la basura. Y como en todo, hay gente que solo lo hace por negocio y otras por amor al arte… En cualquier caso es como tener tu pequeño museo en tu propia casa.
Es interesante el punto de vista sobre que el mercado de ahora no está pensado para coleccionar. Mil versiones del mismo producto pero ninguna realmente con TODO… etc. Creo que los juegos de antes, con sus ediciones, no tenían esa obsolescencia programada que parecen tener los juegos de ahora…