[CRITICA] 100 Metros

martes


“Que Dios nos perdone”, “Tarde para la Ira” o “Contratiempo” son excelentes películas que nos ha dado el cine español a lo largo del último año. 3 películas de corte thriller a las que sin duda hay que sumar una mas pero con un planteamiento radicalmente diferente, 100 metros. Protagonizada por Dani Rovira, Karra Elejalde y Alexandra Jimenez, cualquiera podría esperar un film donde reírse sin parar, pero la realidad es igual de cruda que el argumento de la película, que nos cuenta parte de la vida de Ramón Arroyo, un publicista al que le diagnosticaron ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica) pronosticándole que en un año no sería capaz de andar ni 100 metros.


Al final, se hizo un Ironman.

He de reconocer que soy especial detractor de la película “ocho apellidos vascos”, pero si algo nos dejó aquella comedia de éxito indescifrable es el tándem Rovira-Elejalde y la química emergente entre ellos dos, una de las mas potentes del cine español. Es difícil ponerse a ver esta película sin evocar el recuerdo de Antxon y Koldo, y por si eso fuera poco motivo para incitar a la risa, aparece la que hasta hace poco era la conductora de “el club de la comedia”, África de “Los Serrano”. Sin embargo, es cierto que dado el tono de la película y la labor de los actores, a la media hora dejamos de ver a los actores para ver únicamente a los personajes. Su labor es encomiable. Alexandra Jimenez porque es un actriz de fácil empatía y Karra Elejalde porque tiene talento para personajes así, gruñones y complejos dentro de su aparente sencillez. Quizás el que mas difícil lo tenía era Dani Rovira, teniendo en cuenta su trayectoria profesional, pero tampoco desentona en su intento de demostrar que también puede ser un actor con registros dramáticos. No es que llegue a conseguirlo del todo, pero el intento es muy meritorio. Sin duda.

Como se puede intuir leyendo únicamente su sinopsis, nos encontramos aquí ante la típica película de superación personal, así que deberíamos estar preparados para todo un compendio de escenas emotivas y manipulaciones emocionales pensadas para llegar al espectador. Gracias a un argumento entretenido y a una buenísima banda sonora, todas estas imposiciones se reconocen a primera vista pero se aceptan de buen grado. La película sabe mezclar el drama de sufrir una enfermedad con momentos cómicos que surgen de manera natural, con una delicadeza exquisita sobre todo en los momentos que se suponen que deberían ser dramáticos. Pese a un planteamiento triste, el coraje de los personajes consigue quitar hierro a situaciones que de otra manera resultarían trágicas. En este sentido no llega al nivel de “Intocable” pero esas pequeñas trazas de luz se agradecen en un film que de otra manera resultaría muy oscuro.

Si alguien espera aquí toda una tesis sobre la enfermedad o la competición Ironman, que se vaya olvidando. Si que hay reflexiones sobre cómo se afronta la enfermedad y como esta afecta a la vida a nivel profesional y familiar, pero no creo que su intención sea esa. De hecho, la película no se focaliza en ninguna de esas cosas en particular, aunque es cierto que es un tufillo que le persigue desde el minuto 1 hasta el final. Muchos criticarán algunas situaciones o personajes forzados y su falta de profundidad en muchos sentidos, pero la película no trata sobre la enfermedad, ni sobre la familia, ni sobre el humor ni sobre el deporte. Trata de muchas cosas pero sobre todo trata de una cosa en particular, pero para ellos tendremos que esperar al alegato final de la película, siempre que seamos capaces de aguantar con entereza los últimos minutos y no la quitemos de puro vencimiento.

Personalmente, me quedo con varios momentos del film que me han parecido sublimes. SPOILERS. El primero es la excelente y hermosa escena en la que Karra Elejalde rememora sus años mozos frente a un proyector de video mientras pedalea en una bicicleta estática. Hay una sensibilidad en estos dos minutos de metraje nivel super-sayano. La segunda son los títulos de crédito, de lo mas respetuoso que he visto en mucho tiempo con la enfermedad y con las personas que lo sufren. Por último, lógicamente, son esos últimos 100 metros que recorre Dani Rovira y que arrollan como un tsunami a un espectador al que le costará mantener la compostura. Absolutamente todo de esos instantes es excelente, de los momentos mas emocionantes que veréis en un film por varios pequeños detalles que no voy a comentar para no chafaros el momento.

Yo digo emoción, otros dirán pastel…

SINOPSIS

Ramón (Dani Rovira), padre de familia treintañero, vive para el trabajo hasta que su cuerpo empieza a fallar. Diagnosticado de esclerosis múltiple, todos los pronósticos parecen indicar que en un año no será capaz de caminar ni cien metros. Ramón decide entonces plantarle cara a la vida participando en la prueba deportiva más dura del planeta. Con la ayuda de su mujer (Alexandra Jiménez) y el gruñón de su suegro (Karra Elejalde), Ramón inicia un peculiar entrenamiento en el que luchará contra sus limitaciones, demostrándole al mundo que rendirse nunca es una opción... Biopic sobre Ramón Arroyo, un joven diagnosticado de esclerosis al que le dijeron que no sería capaz de caminar ni cien metros. (FILMAFFINITY)

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